En Galisacra Junior creemos que viajar es mucho más que hacer una maleta y visitar un lugar nuevo. Viajar es abrir los ojos, el corazón y la mente. Es descubrir otras formas de vivir, de hablar, de sentir… y también conocernos mejor a nosotros mismos. Nuestros viajes fin de curso y inmersiones lingüísticas están pensados en ofrecer experiencias transformadoras que combinan aprendizaje, diversión y crecimiento personal.
Porque cuando salimos de nuestra zona conocida:
Aprendemos cosas nuevas: idiomas, costumbres, sabores, paisajes…
Nos volvemos más curiosos y valientes, porque enfrentamos retos y aventuras.
Conocemos a otras personas, y aprendemos a respetar y a convivir.
Desarrollamos la empatía, al ver el mundo desde otras perspectivas.
Creamos recuerdos que nos acompañarán toda la vida.
Galisacra Junior nace con la idea de que los más jóvenes también tienen derecho a vivir experiencias transformadoras, en contacto con la naturaleza, con la cultura y con ellos mismos.
Aquí empieza tu viaje. No solo para conocer el mundo… sino para empezar a conocerte a ti.
En Galisacra Junior entendemos que los viajes fin de curso son mucho más que el cierre de una etapa escolar. Es un momento para celebrar, convivir, crecer y crear recuerdos imborrables junto a los compañeros de clase. Por eso, diseñamos viajes educativos y emocionantes por distintos rincones de España, que combinan la diversión con el aprendizaje significativo.
Desde la naturaleza verde de Asturias, con sus rutas entre montañas, ríos y pueblos con encanto, hasta la energía vibrante de Madrid, con su arte, historia y cultura urbana, nuestros destinos están cuidadosamente elegidos para ofrecer experiencias seguras, enriquecedoras y memorables.
Nuestros viajes fin de curso están pensados para jóvenes que quieren algo más que turismo. Buscan experiencias auténticas que les inviten a mirar el mundo con otros ojos y a descubrir lo mejor de sí mismos en cada paso del camino. Porque un viaje con propósito deja huella… y también construye futuro.
Aventura en la naturaleza
Rutas de senderismo y orientación en parques naturales
Actividades multiaventura: tirolinas, escalada, kayak, surf o paddle surf
Gymkhanas temáticas al aire libre
Observación de estrellas y conexión con la naturaleza
Exploración cultural
Visitas guiadas a cascos históricos, museos y centros de interpretación
Rutas literarias, históricas o artísticas por ciudades emblemáticas
Talleres de cocina local y tradiciones regionales
Encuentros con artesanos o personas del lugar
Momentos para celebrar
Fiesta de despedida con entrega de diplomas y recuerdos personalizados
Veladas nocturnas con juegos, cine o música
Actividades sorpresa preparadas por el equipo de monitores
Tiempo libre en grupo con acompañamiento
Nuestras inmersiones lingüísticas en La Rochelle y Burdeos ofrecen a los estudiantes la oportunidad de mejorar su francés en un entorno real, mientras descubren la cultura local.
Alojamiento con familias, actividades culturales y talleres temáticos hacen de esta experiencia una forma natural y estimulante de aprender el idioma.
Un escenario perfecto para vivir el francés
Entorno auténtico y seguro: Lejos del turismo masivo, La Rochelle permite una verdadera integración en la vida cotidiana francesa. Los participantes conviven con familias locales o en residencias adaptadas al público joven, fomentando el uso del idioma en contextos reales.
Ideal para jóvenes: Es una ciudad pensada para los estudiantes: accesible, activa, con oferta cultural, deportiva y educativa. Además, cuenta con infraestructura moderna, transporte eficiente y un ambiente acogedor para grupos escolares.
Actividades que conectan con el idioma y la cultura: Las clases de francés se combinan con visitas al mercado, juegos lingüísticos en el puerto, excursiones a las islas cercanas como Île de Ré, talleres de cocina o encuentros con jóvenes franceses. Cada experiencia se convierte en una oportunidad de practicar y mejorar el idioma.
Aprender viviendo: No solo se estudia francés: se vive el francés. En cada conversación, en cada actividad, en cada descubrimiento, los estudiantes ganan confianza, vocabulario y fluidez, al tiempo que desarrollan competencias sociales y culturales esenciales.
Un escenario perfecto para vivir el francés
Entorno auténtico y seguro: Lejos del turismo masivo, La Rochelle permite una verdadera integración en la vida cotidiana francesa. Los participantes conviven con familias locales o en residencias adaptadas al público joven, fomentando el uso del idioma en contextos reales.
Ideal para jóvenes: Es una ciudad pensada para los estudiantes: accesible, activa, con oferta cultural, deportiva y educativa. Además, cuenta con infraestructura moderna, transporte eficiente y un ambiente acogedor para grupos escolares.
Actividades que conectan con el idioma y la cultura: Las clases de francés se combinan con visitas al mercado, juegos lingüísticos en el puerto, excursiones a las islas cercanas como Île de Ré, talleres de cocina o encuentros con jóvenes franceses. Cada experiencia se convierte en una oportunidad de practicar y mejorar el idioma.
Aprender viviendo: No solo se estudia francés: se vive el francés. En cada conversación, en cada actividad, en cada descubrimiento, los estudiantes ganan confianza, vocabulario y fluidez, al tiempo que desarrollan competencias sociales y culturales esenciales.
Contáctanos y déjanos brindarte un presupuesto a medida, diseñado específicamente para que tu inmersión sea una experiencia verdaderamente inolvidable.